Benito de La Boca es un Digno Homenaje a este artista que le dió a La Boca mucho.

De hecho cuando triunfó con sus pinturas en el mundo donó el Teatro de la Ribera, un colegio y otras cosas que se cuentan en este conmovedor musical que emociona.

Benito Quinquela Martín, fue un pintor argentino  proveniente del barrio porteño de La Boca. Hijo de progenitores desconocidos que lo abandonaron en la Casa de Niños Expósitos, siete años después fue adoptado por la familia Chinchella, dueños de una carbonería.

A partir de aquí se desarrolla esta historia que narra Juan De Dios Filiberto, su gran amigo, que irrumpe en escena junto a la orquesta.

Roberto Peloni, como Benito vuelve a demostrar que está en un punto muy alto de su carrera, de hecho en la actualidad está protagonizando el unipersonal El Brote, donde hace otro trabajo espectacular.

El resto del elenco, no se queda atrás porque este es un verdadero dream team del teatro musical, con sólo nombrarlos, nos podemos dar cuenta. Ellos son: Roberto Peloni (Benito), Rodrigo Pedreira (Juan de Dios Filiberto), Belén Pasqualini (Guía Turística), Alejandra Perlusky, Julián Pucheta, Sol Bardi, , Francisco Cruzans, Jimena Gómez, Nicolás Repetto, Evelyn Basile, Tatiana Luna, Mariano Magnífico, Federico Strilinsky , Nicolás Tadioli, Florencia Viterbo, Fiona Mastronicola  y Matías Prieto Peccia.

Además de este elencazo, hay una orquesta que está todo el tiempo presente y conmueve.

Cristina Chiappero violonchelo , Eleonora Ferreyra bandoneón, ARO síntesis electrónica, Agustín Lumerman percusión , Manuel Rodríguez clarinete y saxo alto, Máximo Rodríguez bajo y Santiago Torricelli piano.

La dramaturgia y dirección actoral es de Juan Francisco Dasso. Coreografía: Gustavo Wons. Música original y dirección musical: Gustavo Mozzi. Idea original y dirección general: Lizzie Waisse.

Benito de La Boca, es un musical que enseña y cuenta la historia de vida de alguien que le dió mucho a La Boca.

De hecho este musical se ofrece en su casa, el querido Teatro De la Ribera que él mismo le regaló a su barrio y donde sus frescos decoran la sala.

Para chicos y grandes muy recomendable.

Y como sugerencia conviene después de ver la obra seguir indagando en la historia de Quinquela para enterarse un poco más de su vida ya que no se cuenta en la obra por una cuestión de tiempos que la harían demasiado extensa.

La hora cuarenta, se pasa volando.

                           Marcelo Oliveri